
Un paisaje de olivar vinculado a una explotación olivarera pionera construida entre los siglos XVIII y XIX. La Hacienda de La Laguna es un modelo de gran explotación y patrimonio industrial de la primera mitad del siglo XIX, aunque su historia se remonta a una primera construcción y explotación más modestas del siglo XVII. La hacienda alberga hoy el principal Museo de la Cultura del Olivar en Andalucía y representa los regadíos históricos de campiña, con el mantenimiento de una laguna que tiene consideración de área protegida.
La Hacienda de La Laguna ha sido seleccionada por aportar el ejemplo más destacado de los inicios del productivismo ligado a la industrialización de la primera mitad del siglo XIX, constituyendo un modelo de olivicultura planificada, regada y de orientación comercial en un latifundio de las campiñas altas del Guadalquivir. Sus elementos más característicos son las infraestructuras para el regadío tradicional mediante la formación de pozas (laguna, acequias, acueducto), la presencia de olivos antiguos con tres o cuatro pies de grandes dimensiones en un amplio marco de plantación (13×13 m), así como el conjunto de edificios que conforman la propia hacienda, declarada bien de interés cultural con la categoría de monumento en 2007.
Su representatividad se produce dentro del contexto de la expansión y especialización olivarera del Alto Guadalquivir. Es la muestra más destacada de las haciendas modernizadas que se desarrollan a partir del siglo XIX, configurándose como una explotación de dimensiones monumentales y actualmente uno de los conjuntos patrimoniales rurales de mayor dimensión de Andalucía. El espacio se singulariza por la presencia de la Laguna Grande, humedal vinculado a la puesta en riego de la finca que también cuenta con destacados valores ambientales. Su escala está asociada a una unidad de explotación, el paisaje vinculado a una gran explotación agropecuaria, a arquitecturas excepcionales y al latifundio. Sin duda, las haciendas de olivar son ejemplos significativos que han dado lugar a paisajes propios. Como paisaje, la Hacienda se vincula a la gran extensión olivarera original, que se distingue por su perfecta ordenación, en una trama absolutamente regular de olivos que se distribuyen en torno a la Laguna Grande, la gran balsa de riego naturalizada. La topografía sensiblemente plana y escasamente accidentada, del terreno, refuerza la imagen de plantación ideal. En su interior, las perspectivas de las hiladas de olivar y la escala individual del olivo merecen ser exploradas para comprender el inteligente y original sistema de riego, la monumentalidad de los olivos, así como la arquitectura del conjunto.
HACIENDA DE LA LAGUNA
Elementos representativos del VUE
Hacienda de La Laguna
Conjunto que integran el espacio construido, la balsa para la regulación del riego y el olivar originario de la plantación en la primera mitad del siglo XIX. La hacienda dispone de un conjunto de edificaciones que comprenden la residencia señorial, casas de jornaleros, patio de recepción de la aceituna, diferentes ingenios para su molturación y una gran bodega para almacenarlo. Es Bien de Interés Cultural y actualmente alberga el Museo de la Cultura del Olivo.

Olivar, laguna y sistemas de riego de la explotación original
La presencia del olivo en la zona está documentada cartográficamente desde finales del XIX. La masiva plantación de la primera mitad del siglo XIX se reconoce en la presencia de olivos de regadío de grandes dimensiones, troncos añosos y varios pies. Es Bien de Interés Cultural, junto con la Hacienda.


Centros de interpretación
El Museo de la Cultura del Olivo y el Aceite cuenta con una completa colección de los saberes, técnicas, infraestructuras y útiles necesarios para comprender la complejidad y evolución de esta cultura mediterránea.
